La mañana se despertó con algunas ojeras, las nubes cubrían todo el cielo como una capa grisácea, salté de la cama, miré el reloj, llegaba tarde a la cita de las 11, no se debe hacer esperar a un cliente que paga. El desayuno se quedó en la nevera esperando salir, con mucha prisa imité a Fernando Alonso y me marché pisando a fondo el acelerador.
Mi cliente me esperaba en el bar de la esquina, fumando un puro habano de esos que huelen fatal, el caso no era cosa fácil, un socio desaparecido con un montón de dinero que por supuesto no era de él, localízalo es su orden, me dice que me pagará bien, le digo que con que me pague mis honorarios basta, el responde con un gesto afirmativo, no me da buena espina con su traje negro, y su mirada esquiva, me recuerda a un mafioso del padrino.
Vanessa B.J.
Mi cliente me esperaba en el bar de la esquina, fumando un puro habano de esos que huelen fatal, el caso no era cosa fácil, un socio desaparecido con un montón de dinero que por supuesto no era de él, localízalo es su orden, me dice que me pagará bien, le digo que con que me pague mis honorarios basta, el responde con un gesto afirmativo, no me da buena espina con su traje negro, y su mirada esquiva, me recuerda a un mafioso del padrino.
Vanessa B.J.
Hola Vanessa, ya sé quien eres, ji jiji. Un saludo muy grande colega Moderadora.
ResponderEliminarMe ha encantado el microrelato. Escribes muy bien, de verdad. Sigue así. Y este Blog esta quedando muy bien diseñado, tienes buenos gustos. Me gusta mucho. Con tu permiso voy a copiar algunas de tus ideas ;)
Oye, de verdad estás en Venecia? Uff!!!
Axel Lewis